Desde que la Constitución Federal, promulgada en Brasil en 1988, todos los gobiernos de Brasil, independientemente de la corriente política, llevaron a cabo un proceso de democratización que favorecía a los derechos humanos y a la dignidad humana. Surgió un sistema de salud pública y gratuita. Hubo avances en igualdad de género, racial, en derechos familiares, reproductivos y de memoria contra los crímenes de dictaduras pasadas. Hasta que llegó Jair Bolsonaro y su “desmocratización”. Bolsonaro eliminó la palabra género del Plan Nacional de Educación o (no lo lea en voz alta y sin pausas) PNE e instauró un gobierno “liberal en economía y conservador en las costumbres”. Dios los cría y la homofobia los junta: Evangélicos, católicos y élites neoliberales se juntaron para dominar el país más grande de Latinoamérica.
Leer para creer. Aquí está el estudio Políticas anti derechos en Brasil: Neoliberalismo y neoconservadurismo en el gobierno de Bolsonaro, escrito por Isabela Kalil. En esta investigación, a partir del caso específico de Brasil, conocerás cómo la “desmocratización” amenaza con retrocesos en cuanto a derechos conquistados. /La verdad te hará libre.