En México, cada 22 de octubre, desde el 2009, se conmemora el día contra la patologización de las identidades trans. La patologización (catalogar de enfermedad mental a la transexualidad) ha cerrado el acceso a una mejor calidad de vida a las personas trans y las ha excluido de dinámicas sociales como trabajar de profesor o profesora de niñ@s o formar una familia, porque, como personas tildadas de enfermas, no son aptas para el mundo, no son personas que puedan tener una convivencia saludable. Recientemente, desde el 2018, la Organización Mundial de la Salud, dejó de considerar la transexualidad como patología, sin embargo, aún hay detractores como el psicólogo Ray Blanchard, autor del libro El imperio transexual. La construcción del maricón con tetas (Con ese título ya se puede asumir de qué va) y psicólogas autodenominadas feministas que se encargan de mantener vigente la idea de que las personas trans están enfermas.
Las voces antitrans las apartan del movimiento feminista, porque piensan que la conquista en los derechos de las identidades trans afecta a las mujeres cisgénero (cuando la identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer) y que menoscaba los derechos de otros sectores de la población. Las personas trans siguen siendo estigmatizadas. En este sentido artículo de opinión, escrito por Laurél Miranda puedes entender, de primera mano, las frustraciones de un grupo cuya lucha se ve constantemente amenazada desde diferentes frentes. Las injusticias continúan.
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